Me sale más barato jugar a los dados

Andaba en mis salidas en las tardes, esas que me gusta hacer sola, no porque no disfrute de andar acompañada sino que me encanta aprovechar mi autonomia. Cargaba bolsas con unos trapitos nuevos (que el común llama ropa) y decidí pasar a leerme el tarot, ya que hace dias este dilema de cual sería mi porvenir me tenía la psiquis de mal en peor.

Parada en frente del localsillo este, viendo cuanto "costaba saber mi futuro" me preguntaba si entrar o no entrar,después de todo no es muy cuerdo pagarle a alguien para que de un modo poco ortodoxo me diga que será lo que me depara el destino, más aún, a titulo de nada. Se me hacía tarde asi que decidí lanzarme. La chica que atendía me dijo que esperara, que la tarotista estaba con alguien y a lo que terminara entraba yo . Mientras esos 5 minutos pasaron yo me enrrollaba y ordenaba mis dudas
ilusionándome que con saber mi futuro de algun forma lo podía alterar a mi favor.

Mi turno, ella me pidió que revolviera las cartas. Ahí estaba yo, entre velas, incienso y olor a feria artesanal. La respuesta fue que me rodeaba gente buena y si asumía bien mis responsabilidades todo iba a andar bien, pero aún así se veían dificultades, lo cual no me gustó mucho. De todas formas yo feliz hasta ese momento. Salud, dinero, familia todo bajo control. pero error, pregunté por mi punto debil y bueno no obtuve la respuesta que quería, y terminó por cambiarme del grato momento en que estaba, por el de caer a un hoyo. La lectura se tornó tortuosa a pesar de que yo quería seguir contenta con el resto de buenas noticias pero se me fue imposible. Al pagar me sentí culpable por hacerme pasar estos malos ratos. Mis espectativas no se habían cumplido y me rehusaba a creer en las malas noticias. Fue entonces cuando me propuse que no iría más a un tarotista, chamán o lo que sea, si soy tan terca y creo solo en lo que se me da la gana, mejor sigo soñando que todo va resultar bien y me sale gratis.